domingo, 31 de enero de 2016

ZIKA, ENFERMEDAD DE CUIDADO




 Por: Gustavo Múnera Bohórquez


Zika es el nombre que recibe la enfermedad producida por el virus del mismo nombre y transmitida por mosquitos del género Aedes, el Aegypti con mayor frecuencia. El padecimiento por virus Zika clínicamente es casi indistinguible de otras virosis como dengue, fiebre amarilla, virus del Nilo Occidental y chikunguña, todas con un vector único. Los síntomas (lo que refiere el enfermo) y los signos (lo que encuentra el médico tras el examen clínico) son fiebre entre 37,2o y 38o, dolores musculares y articulares, brotes cutáneos pruriginosos (rasquiña), debilidad y cansancio generalizados, cefalea, hinchazón de las piernas y conjuntivitis no purulenta; menos frecuentemente se halla dolor ocular por detrás de la órbita, inapetencia, vómitos y dolor abdominal inespecífico. Como se aprecia, cualquiera de estas manifestaciones clínicas se puede encontrar en multitud de enfermedades febriles, lo que dificulta el diagnóstico preciso. Además, entre el 70 al 80 por ciento de los casos son asintomáticos y la automedicación con medicamentos contra la fiebre enmascaran las manifestaciones del padecimiento.
El diagnóstico de virus Zika por laboratorio es viral, mediante la identificación del ácido nucleico del agente infeccioso y serológico, a través de la detección de anticuerpos específicos para virus Zika. Dichas pruebas son positivas una semana después de declarada la enfermedad, manteniéndose su positividad por 3 o 5 días. El periodo de incubación comprende el mismo rango de días. A diferencia del dengue no se afectan las plaquetas, por lo que el riesgo de sangrado es inexistente. Las determinaciones de partes del virus o de su ARN en sangre, saliva, líquido amniótico (donde flota el feto), semen u orina, de momento solo se hace para propósitos investigativos. El manejo de la virosis es con analgésicos antifebriles como el acetaminofen, incluidas las mujeres embarazadas. Se prohíbe la aspirina por el riesgo de que sea un caso de dengue y se agrave un posible sangrado. Están indicados los antihistamínicos. Dentro de las medidas de control ambiental se hallan el aislar al enfermo con toldillo por una semana y el uso de repelentes cutáneos tipo DEET, Picaridina o Icaridina, que cuentan con respaldo de las autoridades sanitarias. Hay que leer la etiqueta del producto.
Casos especiales son las pacientes embarazadas afectadas de virus zika, en especial durante el primer trimestre de gestación, pues éste es el tiempo de formación de los órganos antes de su paso al estadio de feto. La enfermedad en estas condiciones está relacionada con generación de malformaciones fetales como microcefalia, dilatación de los ventrículos cerebrales, calcificaciones cerebrales, hidrocefalia, agrandamiento del hígado, entre otros daños. El diagnóstico es ecográfico en el último trimestre del embarazo y de ninguna manera es exacto. Hasta ahora se carece de evidencia de que la enfermedad por virus Zika se transmita mediante relaciones sexuales con quien padece el problema ni a través de la lactancia materna, por lo que no hay razón para suspenderla. La única vía probada de infección es la picadura del mosquito. Aunque el virus Zika no deja una inmunidad total, nuevos episodios de la enfermedad suelen ser menos agresivos y todavía más, si antes se tuvo dengue o chikunguña; estos virus mantienen inmunidad cruzada. De acuerdo con la legislación colombiana, la gestante tiene derecho a abortar por riesgo de malformación del feto. Quien desee mayores detalles del manejo de la mujer embarazada afectada de virus Zika puede consultar el enlace de la Organización Panamericana de la Salud [OPS],

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